Sin embargo, el propósito del autor no es solamente el de enseñarnos ciertas verdades importantes acerca de la persona y obra de Cristo, sino también el de instarnos a que vivamos en la plenitud de los beneficios de su obra. Por lo tanto, en los versículos finales de esta sección (vs. 19–22),1 nos exhorta a aprovechar al máximo los beneficios espirituales que nuestro Salvador nos proporciona. Si, pues, los versículos anteriores han sido la culminación de la exposición doctrinal del autor, éstos nos
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